El
azúcar blanco, al que tan acostumbrados estamos y que forma parte de multitud
de alimentos y bebidas, es en realidad nocivo para nuestra salud, especialmente
cuando se toma en exceso, cosa muy común en nuestra sociedad.
El
azúcar blanco se extrae de la remolacha, pero en el proceso de refinado pierde
todos sus nutrientes, por lo que no aporta nada, tan solo lo que se denominan “calorías
vacías”. Sin embargo, es el responsable de muchas carencias y enfermedades. El motivo es que para metabolizarlo,
el organismo debe utilizar determinados nutrientes como las vitaminas del grupo
B o el calcio. Es decir, que el azúcar solo aporta calorías y a cambio nos roba
vitaminas y minerales.
Y no es
solo la cucharadita que nos ponemos en el café, el yogur o la infusión. Es que
el azúcar forma parte de bebidas, conservas, chicles, bollería, flanes,
mermeladas, zumos, chocolates, helados, natillas... Y hasta de los alimentos más insospechados.
Hay
quien asegura que necesitamos el azúcar para funcionar, para vivir, pero lo que
en realidad nos resulta imprescindible es la glucosa, que obtenemos de la
alimentación sin ningún problema, principalmente de frutas, vegetales,
cereales, legumbres y pasta.
Cómo nos perjudica el azúcar blanco
- Crea una carencia de vitaminas del complejo B, muy importante para tener un sistema nervioso sano.
- Puede influir en la aparición de la diabetes.
- Desmineraliza el organismo.
- Favorece el exceso de peso, la aparición de caries y las dolencias cardiovasculares.
- Acidifica el organismo.
- El consumo excesivo puede provocar en los niños problemas de comportamiento, como falta de memoria, nerviosismo, falta de concentración y miedos.
Azúcar blanco, cuanto menos mejor
Como
nota final, decir que el consumo de azúcar se ha relacionado con la aparición
de enfermedades tan graves como el cáncer. Cuando se ingiere azúcar los niveles
de glucosa en sangre aumentan con rapidez, provocando que el organismo libere
insulina y una molécula denominada IGF. Actualmente se sabe que las subidas repentinas
de esta molécula y de insulina propician la proliferación de células cancerosas
y además la facilidad para invadir tejidos adyacentes.
Es obvio
que tomar azúcar de vez en cuando no nos va a enfermar, a no ser que suframos
alguna dolencia que nos desaconseje su consumo. Sin embargo, lo normal es el
exceso, tomarlo diariamente y sin casi ningún control, salvo que no queramos
ganar peso. Pero ya hemos visto que los peligros del azúcar blanco van más allá
de engordar algunos kilos, por lo que es conveniente no tenerlo tan presente en
nuestra mesa y sustituirlo por otros endulzantes naturales que nos ayudarán a mantener
nuestra salud más fácilmente.
Beatriz Moragues - Derechos Reservados
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