En los últimos años, la alimentación y todo lo
que la envuelve ha ido cambiando paulatinamente. Ahora consumimos todo el año
frutas y verduras, sin importar que sean de temporada o de donde procedan. Hay
frutas que no saben a nada, pero además están repletas de pesticidas que no
vemos ni percibimos, pero que llegan a nuestro organismo de manera inevitable.